Con la transición de un año a otro, se nos presenta la oportunidad de reflexionar sobre el pasado, enfrentar desafíos y establecer nuevas metas. En lugar de meramente desear la felicidad, proponemos convertir esos deseos en metas concretas. La clave reside en estructurar un plan que nos acerque a dichas metas, permitiéndonos apreciar logros tangibles y cosechar beneficios significativos.
La esencia está en saber hacia dónde dirigir nuestra energía y qué objetivos perseguir. Para aprovechar esta nueva etapa, sugerimos enfocarnos en los siguientes aspectos:
01. Planificar:
La planificación actúa como nuestro GPS. Evaluar los caminos que continuarán y buscar nuevas direcciones donde sientas incomodidad o malestar. Reflexionar sobre los obstáculos superados y considerar nuevas alternativas. Este proceso de ajuste te va a fortalecer, ya sea con ideas propias o sugeridas.
02. Visualizar:
Adoptar una visión estratégica consciente de tus fortalezas y debilidades, así como de los objetivos trazados. ¿Qué indicadores evidenciarían que estás en el camino correcto? Desglosar tu propósito en objetivos más pequeños para mantener la motivación como fuente de energía.
03. Reconocer:
Tomarse el tiempo de reconocer los avances y mantenerte motivado. Evitar actuar por impulso o en piloto automático. Dedicar momentos de pausa para reflexionar sobre tu presente, liberándote de ansiedades y negatividades del pasado o futuro.
04. Agradecer:
Practicar la gratitud por lo logrado, las oportunidades de aprendizaje y los obstáculos superados. El agradecimiento impulsa el pensamiento positivo, base esencial para creencias que respalden tu bienestar.
Elementos cruciales para enfrentar este nuevo ciclo incluyen dedicar tiempo al bienestar físico, valorar la salud emocional, y distinguir la graduación de valores en cada aspecto de la vida. No todo tiene el mismo valor; promover el equilibrio es esencial.
En última instancia, para dar la bienvenida a lo nuevo con una mirada optimista, considera que los hábitos influyen positiva o negativamente en nuestros pensamientos, emociones y acciones. Imaginar de manera optimista, reconocer aciertos y replantear estrategias a modificar nos proporcionará una perspectiva realista, honesta y alentadora para nuestro bienestar.
Convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos implica estar plenamente presentes y conscientes de la dirección que queremos tomar. ¡Bienvenido lo nuevo!
Lic. Judith Fridman
Psicóloga (MN 30780 MP 97060)
Fuentes:
• “Hábitos Atómicos” , James Clear, 2018.
• “La auténtica Felicidad”, Martín Seligman, 2003.