It looks like you are using an older version of Internet Explorer which is not supported. We advise that you update your browser to the latest version of Microsoft Edge, or consider using other browsers such as Chrome, Firefox or Safari.

Una de las cosas que hace que la vida sea tan interesante es el cambio continuo. No hay dos momentos iguales y lo que hoy nos funciona mañana ya no servirá como estrategia. Cada momento requiere de nosotros diferentes cualidades.  

Si intentamos ser los mismos frente a diferentes desafíos probablemente perdamos efectividad. A veces cuando esto sucede, queremos controlar la realidad externa para que no cambie, porque el cambio de la realidad nos interpela a cambiar.

¿Qué pasaría si en vez de pelearnos con el cambio lo viéramos como una oportunidad?

Imagen ilustrativa cambio, resiliencia

Es posible crecer a partir de los desafíos y esa es una tremenda oportunidad que nos regala la vida.  

El mundo actual nos presenta infinidad de desafíos. Los cambios son cada vez más vertiginosos y la volatilidad de la realidad hace que además la velocidad del cambio sea cada vez más rápida. Además, el contexto se va volviendo cada vez más complejo: múltiples variables que funcionan en simultáneo aún aunque parecen contradictorias, abriéndole camino a la ambigüedad, y teniendo que abrazar la incertidumbre.

La resiliencia es esa capacidad de enriquecernos a partir de los momentos desafiantes, hacer del desafío una oportunidad para crecer. Nos invita a transformar el dolor en fuerza motora para superar los desafíos.  

Claro que no se trata de generarnos dificultades adrede, sino de aprovechar las dificultades que se presentan y ponerlas al servicio de algo. En cada desafío, tenemos la posibilidad de elegir en qué persona nos vamos a convertir. Podemos resignarnos, enojarnos, frustrarnos, resentirnos. O podemos elegir crecer, desarrollarnos, aprender, y aceptar.  

La resiliencia nos invita a desarrollar una mejor versión de nosotros mismos, a conocernos y a superarnos. No se trata de ser más fuertes, más duros, más impenetrables. Por el contrario, la resiliencia nos ayuda a desarrollar virtudes como la flexibilidad y la templanza.

Obstáculos para el desarrollo  de la resiliencia 

Si bien los desafíos son una oportunidad para crecer, no siempre nos resulta tan fácil. Entre los obstáculos más frecuentes podes mencionar: 

Ícono Check

Tendencia a postergar o procrastinar. Esta tendencia no nos permite afrontar el desafío.

Ícono Check

Resistencia al cambio por la que busco hacer más de lo mismo, y esto no me permite crecer.

Ícono Check

Tendencia a querer controlar lo que sucede en vez de abrirse a la oportunidad del desafío.

Ícono Check

Rigidez a nivel del pensamiento y del comportamiento generando respuestas poco flexibles.

Ícono Check

Baja regulación emocional que lleva a desarrollar altos niveles de angustia y ansiedad.

Claves para enriquecernos con los desafíos

La resiliencia es como un músculo que hay que ejercitar. Para ello podemos seguir estos cinco pasos: 

01. Observar la situación desafiante con detalle para entender de qué se trata y por qué me resulta un desafío.
02. Explorar mis respuestas habituales a esa situación y detectar cuál es mi impulso de acción.
03. Analizar otras posibles respuestas a ese desafío.
04. Intentar poner en práctica una respuesta diferente a la habitual.
05. Seguir practicando esa nueva respuesta en otros escenarios.

Como la práctica hace al maestro, ¡a practicar, que en definitiva practicar es vivir! 

Autora: Lic. Guadalupe del Canto 

Psicóloga - MN 70606