La psicóloga Marsha Linehan retoma el concepto de “dialéctica” de la filosofía, según el cual a una fuerza se opone otra y de ambas surge una síntesis. Por ejemplo, antes de la pandemia gran parte de las actividades eran presenciales. En la pandemia se pasó a lo opuesto, que era la modalidad exclusivamente virtual para, en muchos casos de la actualidad, llegar a una modalidad “híbrida” que incluye tanto actividades presenciales como virtuales.
Desde este punto de vista podríamos pensar que no se trata de alternar priorizando unas veces el trabajo y otras la familia.
Sino de poder superar la creencia de que tiene que ser una cosa “o” la otra y que podamos tomar decisiones en las cuales
ambas dimensiones estén presentes. Decidir teniendo en cuenta la vida personal “y” la vida laboral.
• El equilibrio
La misma autora proporciona algunos recursos que nos ayudan a alcanzar esa síntesis: la “mente sabia” y el “sendero del medio”, los cuales nos orientan sobre cómo alcanzar el equilibrio.
Mente sabia
La mente sabia se refiere al aprendizaje que vamos haciendo al conocernos cada día más. Se trata de una “sabiduría interna” que nos ayuda a identificar los recursos valiosos que tenemos para alcanzar nuestros objetivos. Esa mente sabia nos ayuda
a integrar aspectos que pueden parecer opuestos, tales como la razón y la emoción. Una mente sabia toma decisiones que
incluyen lo racional y lo emocional al mismo tiempo.
• La aceptación
Otro aporte, es la idea de “aceptación”. Aceptar es reconocer que hay situaciones que no podemos modificar y que si insistimos en rechazarlas terminaremos sufriendo más.
No se trata de estar de acuerdo con lo que sucede, sino de dejar de luchar para cambiar algo que está pasando fuera de
nuestro control. Algunos ejemplos son los fracasos laborales o académicos, las pérdidas familiares y las ausencias de
personas importantes.
• La flexibilidad
Finalmente, el psicólogo Steven Hayes plantea el concepto de “flexibilidad psicológica” como una habilidad útil para facilitar nuestra adaptación a los distintos contextos y a las diferentes circunstancias que vivimos.
Para reflexionar...
Entonces, ¿qué hacemos? La invitación es repensar lo que nos pasa en relación con la vida laboral y la vida personal a partir de estos cuatro conceptos.
Con la intención de colaborar con ese proceso, proporcionamos como guía las siguientes preguntas:
¿Cómo puedo dejar de pensar la vida laboral y la personal como si fueran cosas opuestas?
¿Cuándo mi vida estuvo equilibrada en esas dimensiones? ¿Qué hacía en ese momento y qué me podría funcionar ahora?
¿Mis decisiones son más racionales o emocionales? ¿Que estaría faltando tener en cuenta para que sean más equilibradas?
Imagina que caminas por un sendero y visualiza cuáles son las posturas extremas que están a ambos lados. ¿Qué me puede servir para recordar no salirme del camino del medio?
¿Qué situaciones me resultan difíciles de aceptar? ¿Cómo me siento rechazándolas? Hagamos el ejercicio de pensar por un momento que las acepto... ¿Cómo me sentiría?
¿Tengo pensamientos rígidos acerca de cómo "deberían" ser las cosas? ¿Cuáles son? ¿Qué evidencia tengo para pensar que tendrían que ser así? ¿Qué otras posturas intermedias o soluciones alternativas puedo encontrar?