Las personas más indicadas para promover el bienestar emocional de los niños, son sus padres. Consideramos que no hay una única manera adecuada de hacerlo. Por eso, las siguientes sugerencias sólo pretenden ser una simple guía de algunos componentes que contribuyen con el crecimiento saludable de un niño. El hecho de ponerlas en práctica disminuye la probabilidad de que una dificultad, lógica para la etapa evolutiva del niño, se convierta en problema. No olvides respetar tu propio estilo al implementarlas.
SI TU HIJO…
DESOBEDECE Y/O TIENE FRECUENTES RABIETAS
- Ser consistente en sus expectativas: Si no querés que tu hijo te interrumpa, por ejemplo, no lo permitas en algunas ocasiones y te enojes en otras.
- Incentivar su buen comportamiento: Detectá sus acciones positivas y alentalo, aunque sean conductas esperables para la mayoría de las personas.
- Desalentar comportamientos inapropiados: Actúa inmediatamente. Sé firme, aunque amable, al poner la penitencia.
- Señalar la conducta, sin criticar al niño: Es preferible decir: “Eso que hiciste estuvo mal”, en lugar de, “Eres mala”, por ejemplo.
SE MUESTRA UN POCO TRISTE Y/O INSEGURO
- Promover su autoconfianza: Una posible manera de hacerlo es alentándolo por su habilidad para aprender un juego nuevo, por ejemplo. La posibilidad de jugar y explorar en un ambiente seguro, ayuda a que tu hijo vaya desarrollando confianza en sí mismo.
- Darle amor incondicional: Mostrale que tu amor por él no depende de los logros que obtenga. Utilizá las equivocaciones como oportunidades de aprendizaje.
- Reforzar la relación con tu hijo: Tomate 15 minutos todos los días para hacer alguna actividad que le guste a tu hijo. Dejá que él la elija, y no le hagas ninguna corrección ni señalamiento sobre cómo hacer las cosas durante ese lapso.
TIENE MIEDOS
- Aceptar sus miedos: Mostrale que lo entendés, que reconocés sus miedos como válidos y que en algún momento pasarán. Evita criticarlo.
- Bríndele un ámbito continente: Guíalo con cariño, pero con firmeza.
- No le otorgues beneficios: Evitá que obtenga ganancias que podrían llevar a la instalación del miedo. Si tiene miedo a la escuela y un día se queda en casa, no permitas que se divierta más en casa que en la escuela, por ejemplo.
- Ayudar a enfrentar aquello que teme: Es mucho más probable que tu hijo supere el miedo si se enfrenta progresivamente a lo temido, que si lo evita.
LE CUESTA RELACIONARSE CON CHICOS DE SU EDAD
- Darle la oportunidad: Tratá de que participe de actividades que le gusten y que a la vez tenga la posibilidad de encontrarse con otros niños (deportes en equipo o cumpleaños, por ejemplo).
- Hablar con su maestra: La maestra puede darte mucha información ya que ella puede observarlo interactuando con sus compañeros durante varias horas. Pedile sugerencias, armen un plan conjunto para ayudarlo.
- Enseñale: Podés enseñarle a tu hijo cómo acercarse a otro niño, cómo iniciar una conversación, cómo contestar de buen modo, etc. Esta es una habilidad que puede aprenderse, así como aprenden a andar en bicicleta.
Muchos de estos comportamientos son pasajeros y normales para la etapa evolutiva del niño. Por ejemplo, es común que entre los 2 y los 4 años los chicos se opongan, tengan rabietas y no obedezcan. Esto es parte del proceso de crecimiento y de la necesidad de ir dando pasos hacia la autonomía. También puede ocurrir, que, al pasar de una etapa de crecimiento a otra, (al comienzo de la escolaridad, por ejemplo), los chicos se muestren inseguros y/o temerosos. Una vez que se acostumbran a las nuevas circunstancias, estos aspectos suelen desaparecer.
Referencias:
1. Seligman, M. (1999). La autentica felicidad. España: Ediciones B, S.A.
2. Seligman, M. (2014) Niños optimistas. Penguin Random House Grupo Editorial España, M10 9
3. López, A., Kasanzew, A. & López, M. (2007). Efectos terapéuticos positivos a través del aumento del optimismo. Ciencias psicológicas, 1(2), 179-188. Extraído el 02 de noviembre de 2009 de http://pepsic.bvs-psi.org.br/pdf/ cpsi/v1n2/v1n2a06.pdf
4. Henderson, E. (2005). Nuevas tendencias en resiliencia. En Melillo, A., & Suárez, E. (Compiladores). Resiliencia. Descubriendo las propias fortalezas. Buenos Aires: Paidos.