Un autoexamen o una autoexploración de mamas es un chequeo que una mujer se realiza en casa para buscar cambios o alteraciones en el tejido mamario, con el objetivo de consultar a un especialista al detectar alguna irregularidad.
El autoexamen de mamas es solo un complemento a las prácticas de diagnóstico médico. No detectar nada durante esta práctica no exime de tener alguna lesión, que sólo pueda ser detectada por los estudios por imágenes. Del mismo modo, el detectar cualquier irregularidad no significa tener cáncer de mama, puede tratarse de una lesión benigna.
¿Para qué sirve?
Cada mujer tiene diferente densidad, protuberancias (masas, nódulos o bultos) y distribución del tejido mamario, conocerlo ayuda a que puedas detectar alguna irregularidad antes de que se cumpla tu control anual. En el caso que llegues a detectar cualquier anomalía durante esta prueba, es importante que visites a un especialista para recibir mayor orientación sobre los pasos a seguir.
Recordá que esta práctica es únicamente recomendada para familiarizarte con tus mamas y en ningún momento sustituye a las prácticas médicas, pues pueden existir indicios de cáncer de mama aún sin que estos sean palpables durante el autoexamen. Las mujeres que no detectan ningún bulto en sus mamas deben seguir viendo a su médico y realizándose las mamografías recomendadas.
¿Cuándo se indica?
Para obtener mejores resultados, te recomendamos realizarlo entre 2 y 5 días después del ciclo menstrual, cuando hayan desaparecido las inflamaciones propias del periodo menstrual que puedan simular o esconder alguna lesión o anomalía en tus mamas. En el caso de mujeres postmenopáusicas o sin menstruación deben elegir un día y repetirlo todos los meses.
¿Cómo realizarlo?
El autoexamen de mamas se compone de tres etapas distintas: la exploración frente al espejo, de pie y acostada.
Antes de realizarlo, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
01. Examen frente al espejo
A. Situarse frente al espejo y observar las mamas. Por lo general, las mamas difieren ligeramente de tamaño. Busca diferencias grandes de tamaño y alteraciones en los pezones, como hundimiento (pezón invertido).
También buscá alteraciones en la piel de la mama como rugosidades o depresiones.
B. Luego, entrelazar ambas manos detrás de la cabeza y observar las mamas en busca de alteraciones en la forma y contorno, sobre todo en su parte inferior.
C. Colocar las manos en las caderas e inclinarse ligeramente hacia el espejo, llevando hombros y codos hacia adelante. Nuevamente buscar cambios en la forma y contorno de las mamas.
02. Examen de pie
(Se recomienda realizar esta etapa del examen en la ducha ya que las manos deslizan con mayor facilidad en la piel mojada y resbaladiza)
D. Levantar el brazo izquierdo. Utilizando tres o cuatro dedos de la mano derecha, comenzando desde el pezón, mover los dedos gradualmente en círculos hacia afuera, en toda la mama. Presioná suavemente pero con firmeza, para detectar cualquier bulto o masa inhabitual bajo la piel. No olvides examinar también la axila y la zona que se encuentra entre esta y la mama.
E. Apretá el pezón izquierdo suavemente en busca de secreción.
Repetir los pasos D y E en la mama derecha, levantando el brazo derecho y utilizando la mano izquierda para la exploración.
03. Examen acostada:
F. Recostarse boca arriba con una almohada o toalla doblada bajo el hombro izquierdo y colocar el brazo izquierdo por encima de la cabeza. De esta manera, la mama queda aplanada y facilita su revisión. Examinar la mama y la axila como en los pasos D y E. Repetir lo mismo para la mama derecha.